Atrás queda el tiempo en que Andorra estaba incluida en la lista de paraísos fiscales europeos. La reforma del sistema fiscal y la creación de un sistema tributario homologable al europeo han propiciado la salida de esta lista, aunque nuestro país sigue siendo altamente atractivo para las inversiones extranjeras.
Facilidades a la inversión extranjera
Las empresas y sociedades que deseen asentarse en Andorra lo tienen muy fácil ahora. Aunque sigue siendo imprescindible contar con una sede física en el país y un trabajador en activo, se han eliminado las exigencias de participación nacional en el negocio. Los impuestos con bajos tipos y la firma de convenios con España, Francia y otros países para evitar la doble imposición nos convierten en una ubicación ideal para empresas o filiales.
Impuesto de sociedades del 10%, como máximo
Uno de los principales incentivos promovidos por el Gobierno Andorrano radica en el establecimiento de un impuesto de sociedades del 10% sobre los beneficios obtenidos, porcentaje que en algunos sectores es incluso menor y ¡se queda en solo el 2%! Además, las sociedades pueden beneficiarse de dispensas específicas durante los dos primeros años de creación.
Especial atractivo para empresas con carácter internacional
La transparencia fiscal a nivel europeo y la baja carga impositiva, hacen de Andorra una opción excelente para negocios orientados al comercio internacional, a la inversión financiera o para filiales de exportación.
Si te estás planteando empezar un negocio en estos ámbitos, o ya tienes el tuyo pero se te hacer duro soportar la elevada fiscalidad española, Andorra puede ser una excelente solución para ti.
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